Yo no es que haya muerto, es que decidí morirme, buscando un estado emocional que de alguna manera me permitiera sobrevivir con una pizca de dignidad a una situación, social, económica, cultural y ético-moral que de alguna manera parece escenificar el trágico fin de una era donde por un instante todo nos pareció posible... el fin de todo un mundo... el fin del mundo... ¡Hostias, los Mayas tenían razón!
No hay comentarios:
Publicar un comentario